El 20 de octubre de 1976, se inició el primer ensayo clínico del uso del alprazolam en el trastorno de pánico, que se considera un trastorno de los niveles de serotonina como la depresión, y encontraron que el fármaco es eficaz no sólo para la ansiedad anticipatoria, sino también para bloquear ataques de pánico. Antes de este estudio, el tratamiento de los pacientes con trastorno de pánico se limitaba a los antidepresivos tricíclicos (ATC) 17 y los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO).
En este estudio de 8 semanas de duración, doble ciego y controlado con placebo, 50 pacientes ambulatorios con trastorno de ansiedad generalizada ( n = 30) o trastorno de pánico ( n = 20) fueron asignados aleatoriamente a tratamiento con alprazolam o placebo. Todas las puntuaciones correspondientes a la evaluación de la ansiedad somática y los resultados psíquicos de ansiedad en los pacientes tratados con alprazolam se redujo significativamente en comparación con el placebo. El alprazolam fue significativamente superior al placebo para el estado de ansiedad, tensión, miedo, insomnio, funcionamiento intelectual (cognitivo), depresión, síntomas somáticos, síntomas cardiovasculares, síntomas respiratorios, síntomas gastrointestinales, síntomas reproductivos y urinarios y el comportamiento en la entrevista. Los resultados de este ensayo clínico se confirmaron luego a través de varios ensayos clínicos multicéntricos. Otra benzodiazepina, clonazepam, que es tanto un agonista de la serotonina como un anticonvulsivo, es también eficaz en el tratamiento del trastorno de pánico.
